Relato escrito por Javier García Bustos, sobre su madre, Rosa Bustos, ex prisionera política y la tía, Sonia Bustos, quien era secretaria de la Policía de Investigaciones y, en secreto a su trabajo oficial, realizaba labores como miembro del MIR, fue parte de una célula, junto a Teobaldo Antonio Tello (fotógrafo del MIR y detective de Investigaciones) y Mónica Llanca (funcionaria del Registro Civil), actualmente Sonia se encuentra desaparecida. Mientras Rosa estuvo secuestrada. En el relato se entretejen los recuerdos y el presente, la búsqueda de justicia y de sentido.